¿Por qué es esencial el ejercicio en personas con fibromialgia?

La fibromialgia es una enfermedad crónica que causa dolor en todo el cuerpo, fatiga, problemas para dormir y dificultad para concentrarse. Además, afecta la manera en que el cerebro controla el movimiento, lo que se conoce como depresión corticomotora. Esto significa que el cerebro tiene más dificultades para activar los músculos, lo que lleva a fatiga muscular, debilidad y una menor capacidad para realizar movimientos.

fibromialgia

¿Por qué sucede esto?

En la fibromialgia, el cerebro presenta una menor actividad en la zona encargada de mover los músculos, la corteza motora. A esto se suma que el dolor que siente la persona es procesado de forma diferente, ya que las vías del dolor están más activas de lo normal, mientras que las áreas del cerebro encargadas de controlar el movimiento funcionan por debajo de lo necesario.

Relación con el dolor y la fatiga

El cerebro de las personas con fibromialgia tiene problemas para coordinar adecuadamente el movimiento y el dolor. Esto no solo causa dolor constante, sino que también contribuye a la sensación de fatiga y debilidad, lo que hace que moverse y mantenerse activo sea muy difícil.

¿Por qué es importante hacer ejercicio?

A pesar de que muchas personas con fibromialgia sienten más dolor y cansancio después de hacer ejercicio, el movimiento es esencial para mejorar la condición. Ciertos tipos de ejercicios suaves, como yoga o actividades en agua, pueden ayudar a mejorar la función muscular y reducir la fatiga sin sobrecargar el cuerpo. El ejercicio regular también puede ayudar al cerebro a recuperar parte de su capacidad para controlar los músculos, mejorando así la calidad de vida.

ejercicios para fibromialgia

Cada persona con fibromialgia es única y sus necesidades y capacidades físicas pueden variar significativamente. El objetivo del ejercicio no solo debe ser mejorar la condición física, sino también contribuir al bienestar emocional y a la reducción del dolor percibido.

Algunas propuestas habituales de ejercicios para personas con fibromialgia, resaltando la importancia de la individualización y el respeto por los límites personales, serían:

1. Ejercicios Aeróbicos de Bajo Impacto

Los ejercicios aeróbicos de bajo impacto como caminar, hacer bicicleta estática,… son una excelente opción para mejorar la resistencia cardiovascular y liberar endorfinas, que ayudan a reducir el dolor. Al tratarse de una actividad de bajo impacto, el riesgo de agravar los síntomas es menor, siempre y cuando se realicen de manera progresiva y controlada.

2. Estiramientos Suaves

La rigidez muscular es un síntoma frecuente de la fibromialgia, y los estiramientos suaves ayudan a mejorar la flexibilidad y aliviar la tensión.

  • Estiramientos de cuerpo completo: Los estiramientos suaves que abarcan los principales grupos musculares ayudan a mantener la movilidad. Estos ejercicios deben realizarse sin prisas, enfocándose en la respiración y evitando posturas dolorosas.
  • Yoga suave: El yoga es ideal para combinar estiramientos con técnicas de relajación. Posturas como la del «niño» o el «perro mirando hacia abajo» se pueden adaptar según las capacidades individuales.

3. Fortalecimiento Muscular de Bajo Impacto

El fortalecimiento muscular es importante para mejorar la estabilidad y evitar la pérdida de masa muscular, pero debe hacerse con precaución. Se recomiendan ejercicios con pesas ligeras o bandas de resistencia, ya que permiten trabajar los músculos sin causar un impacto elevado en las articulaciones.

  • Pesas ligeras: Se deben realizar pocas repeticiones con pesos bajos, y aumentar gradualmente la carga conforme el cuerpo se adapte.
  • Bandas de resistencia: Estas bandas permiten controlar el nivel de tensión y son menos agresivas que las pesas tradicionales, lo que facilita la progresión.

4. Ejercicios de Respiración y Relajación

El manejo del estrés es crucial, ya que la tensión emocional puede agravar los síntomas de la fibromialgia. Los ejercicios de respiración profunda y las técnicas de relajación, como la meditación guiada, ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, y pueden tener un efecto directo en la disminución del dolor percibido.

Para asegurar que el ejercicio sea beneficioso y no cause un empeoramiento de los síntomas, es fundamental seguir estos principios:

  • Progresión gradual: Comenzar con movimientos suaves e ir aumentando la duración e intensidad de forma paulatina es clave.
  • Escuchar al cuerpo: Es esencial prestar atención a las señales del cuerpo. Si surge dolor intenso o fatiga, es momento de detenerse y descansar.
  • Calentamiento y enfriamiento: Antes de empezar cualquier actividad física, es importante realizar un calentamiento suave, y al finalizar, incluir ejercicios de enfriamiento para reducir el riesgo de lesiones.
  • Regularidad: La constancia es más efectiva que los esfuerzos esporádicos. Realizar actividades de baja intensidad de manera regular ayuda a mejorar los síntomas de forma sostenida.

 

En resumen, aunque el ejercicio puede parecer difícil, es fundamental para mejorar los síntomas de la fibromialgia. El movimiento controlado puede ayudar a contrarrestar los efectos de la depresión corticomotora y fortalecer el cuerpo, lo que mejora tanto el dolor como la fatiga, pero debe ser adaptado cuidadosamente a las necesidades y limitaciones de cada individuo. Un enfoque personalizado que considere el modelo biopsicosocial, la progresión gradual y el respeto por los límites del cuerpo es esencial. Además, es recomendable que las personas con fibromialgia trabajen en conjunto con un entrenador personal o fisioterapeuta especializado, que pueda ajustar el programa de ejercicios según sus necesidades específicas.

Fdo. Jorge Montoro Escaño

Doctor en Ciencias de la actividad física y el deporte

Director Técnico Fidias Center Vélez