Imagina que tu hombro es como un espacio donde diferentes partes tienen que moverse y encajar perfectamente. Ahora, hay una parte llamada húmero, que es como el brazo de una grúa, y hay un espacio justo encima de él llamado espacio subacromial. Cuando levantas el brazo o haces ciertos movimientos, el húmero se acerca mucho a este espacio, y si se acerca demasiado, puede hacer que te duela el hombro.
El húmero no solo se mueve hacia arriba y hacia abajo o de lado a lado; también puede deslizarse un poco hacia diferentes direcciones dentro de su «garaje» (la cavidad glenoidea). Pero este deslizamiento tiene que ser justo el necesario, ni más ni menos, para que tu hombro se mueva bien sin problemas.
A veces el hombro puede empezar a moverse de una forma que no es la ideal. Esto puede hacer que partes del hombro choquen entre sí de manera que no deberían, causando dolor. Esto se llama «impingement subacromial», y es como si las partes del hombro estuvieran demasiado apretadas y se rozaran de manera que molesta.
En tu hombro también hay un equipo de músculos que trabajan juntos para asegurarse de que todo se mantenga en su lugar cuando levantas cosas pesadas o haces movimientos grandes. Pero si este equipo trabaja demasiado fuerte o de manera desbalanceada, en vez de ayudar, puede empezar a causar problemas, haciendo que el espacio para moverse sea aún más pequeño y provocando dolor.
Y si los movimientos que causan estos problemas se repiten mucho, el hombro puede empezar a adaptarse de una manera que no es buena, haciéndolo más propenso a lastimarse.
En ocasiones puede haber una limitación en la movilidad hacia rotación interna que llamamos DRIG
Lo que conlleva rigidez de los tejidos posteroinferiores y provoca un desplazamiento anterior y superior de la cabeza humeral, reduciendo aún más este espacio.
Es precisamente el movimiento de la abducción el que genera con más frecuencia dolor en los hombros que presentan esta alteración de movimiento, con un arco doloroso que se acentúa especialmente cuando este se acerca a los 90º de abducción.
Vamos a hablar de algo que suena más complicado de lo que es: la «depresión del húmero». Primero, olvídate de la idea de un hueso triste. El húmero es el hueso largo de tu brazo, y cuando hablamos de su «depresión», estamos refiriéndonos a un movimiento específico, no a un estado de ánimo.
Tu húmero se mueve en diferentes direcciones gracias a la articulación del hombro, permitiéndote levantar, girar y mover el brazo de muchas maneras. Este movimiento sucede en un espacio muy ajustado y está diseñado para ser super preciso. Pero, a veces, los músculos que rodean el hombro no trabajan juntos como deberían. Esto puede llevar a un desbalance, donde el húmero se mueve de formas que pueden acabar lastimando el hombro poco a poco.
Cuando los médicos hablan de «depresión del húmero», se refieren a cuando este hueso se mueve hacia abajo en su cavidad, lo cual debería ser algo bueno y controlado. Pero, si los músculos encargados de hacer que el húmero se mueva hacia arriba trabajan demasiado y no están balanceados con los que lo mueven hacia abajo, entonces pueden surgir problemas.
Ahí es donde entran en juego ciertos músculos «heroicos» que ayudan a equilibrar este movimiento, evitando que el húmero se deslice hacia arriba demasiado. Entre estos salvadores se encuentran algunos músculos con nombres complicados como el supraespinoso, infraespinoso, redondo menor, y subescapular. Pero no todos los músculos que tiran del húmero hacia abajo son considerados héroes porque algunos, como el pectoral mayor y el dorsal ancho, aunque ayudan, no son tan eficaces en mantener todo en su lugar debido a cómo y dónde se unen al húmero.
Además, si estos músculos se vuelven demasiado dominantes o rígidos, pueden alterar el movimiento normal del hombro, limitando tu capacidad para levantar el brazo completamente o rotarlo hacia afuera. Así que, aunque suene como un lío de nombres y movimientos, básicamente se trata de encontrar el equilibrio perfecto entre todos estos músculos para mantener tu hombro moviéndose suave y sin dolor.
Es por todo esto que la opción más utilizada para optimizar la depresión humeral es el manguito rotador posterior. Un ejemplo de juego para trabajarlo:
Aunque suene paradójico, ….. si quieres un hombro feliz, ¡¡DEPRIME TU HÚMERO!!
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Fdo. Jorge Montoro Escaño
Doctor en Ciencias de la actividad física y el deporte
Director Técnico Fidias Center Vélez
